 Se jugó el penúltimo partido de la zona campeonato de este apasionante torneo apertura 2009. Eran las 5 y pico de la tarde del sábado y comenzaban a llegar las caras llenas de resaca de nuestros bolicheros jugadores para jugar contra El Lopio. Faltaban algunas camisetas, algunos botines, algunos de nuestros players. Todo eso hizo que la cirrocis jugara con pechera verde y con el yumi tirando tijeras voladoras en ofensiva. El equipo salió a la cancha con Chino (volviendo de una lesión), Rata, Huber, Pato, Enano, Chester, Didi, Miguel, Indio, Pepe y Beto, y de suplentes Manu, Deba y Yumi.
Se jugó el penúltimo partido de la zona campeonato de este apasionante torneo apertura 2009. Eran las 5 y pico de la tarde del sábado y comenzaban a llegar las caras llenas de resaca de nuestros bolicheros jugadores para jugar contra El Lopio. Faltaban algunas camisetas, algunos botines, algunos de nuestros players. Todo eso hizo que la cirrocis jugara con pechera verde y con el yumi tirando tijeras voladoras en ofensiva. El equipo salió a la cancha con Chino (volviendo de una lesión), Rata, Huber, Pato, Enano, Chester, Didi, Miguel, Indio, Pepe y Beto, y de suplentes Manu, Deba y Yumi.Todo hacía suponer una cómoda victoria (secret) de nuestro confiado equipo, que venía agrandado por ser el único puntero de la zona, y esto se iba confirmando promediando el primer tiempo, cuando un tiro libre frontal desde mitad de cancha ejecutado por Didi se le escapó al flojo arquero del Lopio y puso el 1-0 cirrócico. Así llegamos al accidentado entretiempo, en el que hubo tumultos e insultos varios entre ambos equipos, con una cirrocis tranquila y pensando en hacer 3 goles más para poder tirar caños, y un Lopio exaltado queriendo que le hagan 3 goles más para poder quebrar a alguno.
Pero nada de eso pasó, el equipo entró dormido al 2do tiempo, y el Lopio lo aprovechó. Se jugaron los primeros 10 minutos en el arco del chino, y al final todo terminó con el empate por la vía del penal. A partir de ahí fue todo desconcierto, puteadas entre nuestros papeloneros jugadores, algunos que se dedicaban mucho a putearse y nada a jugar, y el rival que seguía llegando y llegando, ya que parecía que jugaba con un par de tipos más. Nos salvamos una vez, nos salvamos dos veces, y nos seguimos salvando hasta que el árbitro pitó el final. Por suerte terminó en empate, con un sabor amargo para Cirrocis, que se desvió del buen camino por el que venía para hacer boludeces que todos pensábamos habíamos dejado en fútbol infantil. QUE NO SE REPITA
(por Xino)
